Etude House Play 101 Stick #10 (Highlighter)

Pues lo prometido es deuda, vuelvo con los iluminadores y en crema, otra vez. Es el Etude House Play 101 Stick #10. Pero esta vez, la barra viene desde mucho más lejos: desde Corea del Sur. Una de las marcas más populares de ese país –y las que uno primero conoce al acercarse a la cosmética coreana– es Etude House, ya que tiene precios amistosos, productos con packaging hermosos y varios con buenos resultados.

Este iluminador en barra es parte de la línea Play 101 Sticks. Estos ya existían en formato lápices tipo delineador multiuso -y son muy populares-  pero ahora, y en colaboración con la maquilladora Pony, han sacado esta línea más en formato crayón grande (sticks, onda como stick-fix) que incluye bases, rubores y esta barrita que nos convoca con su simple nombre o identificación: #10.

En general se pruebe que son productos cremosos al aplicar y que se funden bien con la piel. La barra trae 7,5 gramos y me costó casi 11 dólares en Jolse. El envase es re práctico, una barra negra plástica con unas leves ondas que le dan más onda. La única diferencia entre este y los otros  tipos de sticks es el número que tengan. El #10 es el único iluminador que tiene oficialmente la línea (tienen un «Stick Contour Duo» también, pero ese viene con otro estilo de iluminador más sutil).

Como pueden ver, hay instrucciones en inglés y las instrucciones vienen en la caja. Allí mismo recomienda no exponerlo al sol directamente (que se nos derrite la barra) y que utilices con la punta de tus dedos. Y esto es un gran dato… porque si usted es como yo y llega y lo usa, puede que se decepcione al inicio. Yo agarré la barra y me la pasé directamente por los pómulos y de ahí quise difuminar y PAF: no se veía bien. ¿Por qué? Pues se marcaba en cada poro y arruga posible, no lucía nada. Más encima arrastraba el rubor, base, todo.

Al principio me dio mucha lástima, porque encontré que la fórmula no era suficientemente cremosa y pensé que me había hecho de un «cachito». En otro día, decidí darle otra prueba pero cambiando la forma de aplicación. Pasé una brocha doble-fibra sobre la barrita y de ahí lo apliqué y OH MILAGRO… el resultado es simplemente otro, no se inserta en los poros y claro, al aplicarlo así no se corre lo que tengas aplicado debajo. Claro, si hubiese leído las instrucciones al principio pues me hubiera evitado el mal rato. Por eso se los recalco, no use la barra directamente en la cara, queda feo el resultado.

Por lo mismo debo decir que la fórmula tampoco es TAN cremosa, su tono es algo blanco perlado. No hay glitter visible pero si da buenos destellos. Respecto de duración, me da como máximo unas 4-5 horas y si aplico otro iluminador en polvo durará un poquito más, pero no sé si es algo que recomiendo porque considero que es bien potente en si mismo y al ser de base blanquecina se nota harto.

Para cerrar, obvio que no puedo hacerle el quite a la comparación con el de Benefit, el «Watt’s Up» (que reseñé la semana pasada). Pues debo decir que en términos de cremosidad y duración prefiero el de Benefit, el color también me gusta más. Pero eso me parece mucho más de gusto personal.

Ahora, no es para desmerecer el de Etude House, porque si hacemos la comparación de precios este gana por lejos:  el de Benefit vale casi el triple. Entonces, si no tienes el chance de comprarlo creo que es una opción algo más baja en calidad pero tampoco es terrible y claro, por 11 dólares no es para enojarse 😉

¿Y que me dicen, se entusiasman con el #10 de los sticks play 101 de Etude House? ¿Gustan de los iluminadores en crema? ¡Saludos y buena semana a todos!